Sin embargo, son conceptos tan abstractos para el español medio que, al darse las circunstancias adecuadas (situación bastante fácil de producirse, a tenor de lo visto), las medidas anunciadas para su mejora se tornan tan rápidamente en carne de cañón que sólo los implicados en ellas parecen darse cuenta de las barbaridades que se cometen contra ellas.
Ahora, eso sí, hay que hacerlo bien: decir por un lado a bombo y platillo que se quiere meter a España en el G-9 de la investigación pero, a cambio, recortar sus inversiones en el área en casi un 30%. Barbaridades como ésta sólo suceden en campos tan poco conocidos como estos. Imaginaos un recorte así en la Sanidad Pública. Rodarían cabezas casi literalmente.
No nos engañemos, la Investigación necesita de la inversión pública puesto que la gran mayoría de las empresas privadas no están dispuestas a arriesgar su capital en proyectos que pueden o no llegar a buen puerto (la investigación implica errores inevitables) a pesar de que los resultados obtenidos puedan permitir a la empresa destacar de forma sensible.

Lo que no parecen notar los dirigentes españoles es que un fuerte apoyo económico del estado a los investigadores proporcionaría beneficios en forma de, p.ej. liderazgo en tecnologías o mejoras en la calidad de vida, lo cual repercutiría, a la larga, en un crecimiento de la riqueza del país.
Así pues, la Verdad Universal de esta entrada es: "La investigación no sólo es importante, sino que es necesaria para el desarrollo pleno de un país que pretende alcanzar la élite mundial. No podemos recortar ahí o estaremos recortando nuestro futuro."
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